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El Candil

EL SECRETO DE LA VIDA, SE ESCONDE TRAS LA SONRISA DE UN NIÑO.

miércoles, 13 de enero de 2010

No hay que perder la esperanza
El único sobreviviente de un naufragio llegó a una desabitada isla. Pidió fervientemente a Allah ser rescatado y cada día divisaba el horizonte en busca de una ayuda que no llegaba. Cansado optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y guardar sus pocas pertenencias. Entonces un día, tras merodear por la isla, en busca de alimento regresó a la cabaña para encontrarla envuelta en llamas con una gran columna de humo levantándose hacia el cielo. Lo peor había ocurrido; lo había perdido todo y se encontraba en un estado de desesperación y rabia.
-¡Oh Allah!, ¿cómo puedes hacerme esto?, -se lamentaba.
Sin embargo al amanecer del día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a salvarlo.
-¿Cómo supieron que estaba aquí?, -preguntó el cansado hombre a sus salvadores.
-Vimos su señal de humo, -contestaron ellos.
Es muy fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Recuerda que cuando tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda está en camino

6 comentarios:

  1. Hola amigo bloguero, en la vida la esperanza es lo ultimo que ser pierde y un vez perdidos ....al río, la esperanza para mi es un hilo o cuerda de color verde que siembre tenemos que estar cogidos a ella para que nos socorra en momentos de desesperación, y no perder la calma.

    Un abrazo de amistad de MA .

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  2. Nunca perder la esperanza, gran frase acompañada nadie es mas fuerte que mis propias fuerzas
    Abrazo

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  3. Siempre habrá alguien que vea el humo de mi chimenea... espero!

    Saludos

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  4. Lo que nosotros pensamos que es una desgracia, es lo que nos proporciona un bien.
    A veces perdiendo se gana.

    Mucha enseñanza en esta historia.
    Abrazos.

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  5. Buen texto candil. Aunque no se, no se.
    Mejor salir corriendo, pillar al tío que te la incendió y que se le caiga el pelo.
    No se puede estar esperando a verlas venir.
    Eso me parece Candil de madrugada, magia en tus palabras y en tu camino al andar.

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  6. Te veo muy oriental. ¿te acuerdas de aquello de que no hay mal que boen no venga? Pues...
    Un abrazo.

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